jueves, 26 de junio de 2008

La Antigua Mujer Romana

El papel de la mujer era más importante en Roma que en Grecia. Gobernaba también la casa, pero tenía más autoridad que la mujer griega, porque estaba más asociada a la vida de su marido. Se la felicitaba porque cuidaba del gobierno de la casa e hilaba la lana, pero en realidad hacía más que eso. Compartía los honores que se tributaban a su esposo, aparecía con él en público, en las ceremonias y los juegos, y estaba rodeada de consideraciones; era en fin la señora, la matrona. En la casa, no estaba confinada en sus habitaciones, sino que tomaba parte en las comidas y recepciones. Su influencia, aunque no reconocida por la ley, de hecho era muy grande. Catán tuvo la prueba cuando quiso acabar, por medio de una ley, con el lujo de las mujeres. Los ciudadanos no se atrevieron a votar el proyecto a vista que sus esposas estaban en la Asamblea.

Muchas mujeres también trabajaron en áreas fuera de la casa. En el campo, hombres eran a cargo del trabajo los campos y las cosechas. Mujeres fueron puestas a cargo de hacer queso, conservar en vinagre y lavar de lana. En las ciudades, mujeres trabajaron a menudo con sus artesanos maridos dirigir la tienda. Había un buen número de mujeres artistas, aunque el puesto no fue pensado en muy en la sociedad. Hay incluso un poco de pruebas de que mujeres podrían haber sido gladiadores ni siquiera a veces diferentes en la sociedad.

Las mujeres romanas de las clases altas disfrutaban de considerable libertad e independencia. Habían adquirido el derecho a poseer, heredar y disponer de propiedades. Las mujeres de las clases altas eran libres para asistir a las carreras, al teatro y a espectáculos del anfiteatro, aunque en los dos últimos lugares se les obligaba a sentarse en secciones para mujeres. Es más, las damas de alcurnia se hacían acompañar de doncellas y de matronas cuando salían. Algunas mujeres manejaban negocios, como compañías de embarques. Las mujeres todavía no podían participar en la política, pero el Antiguo Imperio fue testigo de un número importante de mujeres que influyeron en la política a través de sus esposos, por ejemplo: Livia, la esposa de Augusto; Agripina, la madre de Nerón, y Plotina, la esposa de Trajano.

informe de roma

LA CAIDA DE LOS GRANDES IMPERIOS:

IMPERIO ROMANO

Roma ha dejado su huella en la historia, es una de las culturas que dio inicio a la cultura europea. Roma resistió a epidemias y catástrofes naturales pero la caída del imperio fue por otros motivos.

Los inicios de Roma están basados en una leyenda, en donde una loba cría y amamanta a dos niños Rómulo y Remo, estos fundan una ciudad en las montañas del Tiber, luego los hermanos se enfrentan entre ellos, Rómulo mata a Remo y así la ciudad toma el nombre de Roma que viene del nombre de Rómulo. Los habitantes de esta ciudad se hicieron grandes comerciantes y su economía se basaba en la agricultura.

La riqueza de Roma atrajo a otros pueblos que la querían conquistar aunque Roma fue doblegado esto fue por causa de las carreteras que construyeron ellos mismos ya que todas ellas llevan a Roma.

El latín es la lengua que se hablaba en toda Europa , y en Roma se hablaba latín en todas sus provincias. Roma suministraba normas a todas las zonas conquistadas que las regían. Los terratenientes que estaban en las zonas conquistadas eran muy ricos.

En Roma el pago de impuestos estabilizaba su economía y también la ayudaba a aumentar su poder militar, todas las provincias de Roma eran muy parecidas, pero la corrupción y el soborno hicieron disminuir el poder económico de Roma.

Aunque tuvieron muchas crisis internas y ataques de pueblos del exterior, se consideraban amos del mundo, aunque muchas catástrofes destruyeran sus ciudades, continuaron con sus avances.

Años antes del nacimiento de cristo, Roma arde en llamas, por culpa de Nerón que hace creer que los cristianos fueron los culpables y los hace perseguir para ser matados y torturados, años después de este hecho, Julio Cesar es victima de una conspiración y es matado, ya que los aristócratas siempre han querido tener el poder. Luego de esto toma el poder Augusto y Roma queda bajo un gobierno monárquico imperial.

Como los Romanos siguieron conquistando destinas regiones el sustento alimenticio se fue haciendo poco, así llegaron a las orillas del rió Nilo y la conquistaron porque tenia grandes plantaciones de trigo y con esto las fronteras pudieron seguir protegidas.

En todas sus batallas Roma conseguía algo y también siempre buscaba hacer alguna alianza, ya que siempre ofrecían protección y como resultado de esto Roma se expandió hasta todas las zonas importantes del mediterráneo. Cuando los romanos llegaron a Egipto vieron que era una civilización tan desarrollada como la suya, hay aprendieron a medir con mayor preescisión y llevaron monumentos egipcios para Roma con los que adornaban. Cleopatra fue la ultima reina egipcia, quien se relaciona con Julio Cesar porque creyó que aliándose con Roma conservaría su poder en Egipto, pero no fue así porque Julio Cesar murió y acabo con sus planes.

Pueblos del norte de Europa que estaban sufriendo necesidades emigraron hacia el sur, Roma siempre acepto a los emigrantes pero esta vez fueron demasiados, estos escapaban de los Unos, que andaban en busca de motines y Roma también era su objetivo. Lo que se inicio con la invasión de los Uno termina cerca del 470 d. C., Un rey germano destrona al ultimo emperador romano. Los conquistadores quisieron llevar la misma vida que los romanos, pero no pudieron porque no contaban con el poder militar y político necesario.

miércoles, 18 de junio de 2008

Roma

LA ANTIGUA FAMILIA ROMANA

Entre los Romanos, como entre los griegos, eran los padres de familia quienes decidían si aceptaban o no al recién nacido. La señal de aceptación la daba el padre cuando lo levantaba del suelo donde lo había dejado la matrona: el padre lo tomaba o acogía (tollere) con tal acto. Si por el contrario no lo aceptaba, el hijo era expuesto, es decir, era dejado en algún basurero público o en algún domicilio; en tal caso los recién nacidos o bien morían, o bien eran recogidos por tratantes de esclavos que lo alimentarían para posteriormente venderlo.

Romanos y griegos sabían que ni egipcios, ni germanos, ni judíos exponían a sus hijos, sino que los criaban a todos. Los criterios usados para abandonar a los hijos (niños expósitos) eran diversos: a los malformados se los exponía siempre, los pobres los exponían por no tener con qué alimentarlos; la clase media prefería tener menos hijos para poder educarlos mejor. En el campesinado de las provincias orientales, la familia que había llegado a un máximo tolerable de hijos regalaba los sobrantes a otras familias que los aceptaban gustosos (más trabajadores para la familia); aquellos hijos regalados eran llamados threptoi (tomados a cargo). Pero incluso los ricos llegaban a no desear un hijo, frecuentemente por cuestiones legales de testamento. Los niños expuestos rara vez sobrevivían: los ricos no lo querían ver más mientras que los pobres guardaban algunas esperanzas de que el niño fuese acogido.

El abandono de los hijos era también un gesto de protesta por parte del marido, en caso de sospecha de adulterio femenino, como también por parte del pueblo frente a los Dioses: “un rumor corrió en cierta ocasión entre la plebe: el senado, habiendo sabido por los adivinos que en aquel año iba a nacer un rey, se proponía obligar al pueblo a abandonar a todos los niños que nacieran durante el período en cuestión. ¿Cómo no pensar en la matanza de los inocentes (que probablemente es un hecho auténtico y no una leyenda)?”. Por otra parte, no se permitía la presencia masculina en los partos.

En Roma “pesaba más el nombre que la sangre”; los bastardos tomaban el nombre de su madre, y es conocido el hecho de que aquellos hijos ilegítimos nunca llegaron a la política o a la aristocracia, mientras que los libertos (esclavos liberados por el amo) y sus hijos llegaron incluso hasta el senado, porque los libertos tomaban el nombre de familia del amo que los había liberado, lo mismo que los adoptados.

La ley romana otorgaba a las madres de tres hijos un privilegio por haber cumplido con su deber. Los textos hablan de madres de tres hijos con particular frecuencia. Pero no fue así durante todo el imperio, el número de hijos dependía de la época, pues con la llegada de los cristianos y estóicos el número aumentó; Marco Aurelio tuvo nueve hijos; Cornelia, madre de los Gracos, doce.

La adopción de hijos era también un fenómeno frecuente en Roma, porque era útil; lo más importante para un Romano era la prolongación en el tiempo del nombre de familia; así, los viudos sin hijos solían adoptar hijos para prolongar su nombre. El caso más famoso de adopción es el de Octavio Augusto (emperador) quien fuera adoptado por César, haciéndolo hijo y heredero.

Los dos personajes que acompañan al niño romano son como una segunda familia; en las buenas casas, o en las más adineradas, mandaban a dicha pequeña familia (niño, nodriza y pedagogo) al campo, a cargo de una señora madura, muchas veces severa, que disponía de la educación y de las distracciones de los hijos de la familia: César y Augusto fueron educados así. Vespasiano fue educado por su abuela paterna. Sin embargo, en la práctica, los chicuelos eran bastante atrevidos. Se pensaba en Roma que la verdadera moralidad era la resistencia al vicio no tanto como el amor a la virtud. La distancia entre padre e hijos era enorme y a éste debían dirigirse siempre como señor (dómine).

Las nodrizas eran quienes enseñaban a hablar a los niños; en las casas acomodadas solían ser griegas, para que los nenes aprendiesen la lengua de la cultura. Los criadores o pedagogos enseñaban a los niños a leer.

Gran parte de los niños romanos fueron a las escuelas (hasta los doce años); las escuelas eran mixtas. A los doce años los niños se separaban, y solo los varones de las familias adineradas proseguían los estudios, bajo la tutela de un gramático: autores clásicos y estudio de la mitología; las niñas entre los 12 y 14 años eran consideradas en edad núbil: podían ser ya prometidas a varones de otras familias, y a los 14 eran ya consideradas como señoras (domina, kyria), desde entonces se dedicaban solo a embellecerse o a trabajar en la rueca. Su futura educación dependería del marido, quien decidía acerca del desarrollo de su saber.

Terminada la educación del joven tenía dos caminos: el ejército o la administración pública; los más pudientes optaban por la segunda vía, siendo frecuente ver a chicos de 16 o 18 años ocupando el cargo de oficiales o sacerdotes del estado o de oradores del foro. Como dijimos, la retórica era muy apreciada: un buen orador tenía siempre más popularidad o fama que cualquier poeta (la oralidad era más tomada en cuenta que la escritura). Pero la retórica siempre se ocupó de temas fáciles que atañían sobretodo a las relaciones sociales mucho más que a la naturaleza o la psique (temas preferidos por los griegos). Por otra parte, siguiendo con el tema de los jóvenes romanos, no había mayoría de edad legal; simplemente el padre decidía cuando cambiar de ropas (ponerle la toga) y afeitar a su hijo, tratándolos o de púberes o de impúberes. Con respecto a las ropas, era común poner fajas a los niños de manera tal que no creciesen deformes.

LA FAMILIA EN LA REPUBLICA : El fundamento del estado romano era la familia, y el de la familia, el matrimonio. Cuando los patricios eran los únicos ciudadanos, sólo existía un matrimonio el matrimonio religioso, la confarreación, que consistía en ofrecer un sacrificio esparciendo farro sobre la víctima y en comer después los esposos una torta de farro Esta ceremonia la presidía el flamen de Júpiter. En seguida, la esposa vestida de blanco y cubierta la cara con un velo rojo, era conducida a son de flautas y cánticos a casa del esposo, que la hacia transponer el umbral levantándola en vilo, para simular un rapto. De esa manera la separaba de los dioses de su propia familia y la unía a los de su nueva casa.

Cuando los plebeyos conquistaron la igualdad, se instituyó para ellos un matrimonio civil, la coemptio, que fué substituyéndose poco a poco por el matrimonio religioso. Consistía en una venta simulada hecha delante de un magistrado: el esposo tocaba una balanza con una moneda de cobre que seguidamente ofrecía a los padres de la prometida, como precio de su mujer.

Las mujeres tenían una dote que el marido habla de devolver en caso de divorcio; y los divorcios, raros en su origen, fueron aumentando a medida que las antiguas costumbres iban alterándose. Primitivamente, el marido podía, en virtud de su derecho de jefe de familia, repudiar a su mujer. La mujer, a su vez, pudo más tarde pedir la separación. El filósofo Séneca, en tiempo del Imperio, decía indignado: e Las damas nobles se divorcian para volver a casarse, y contraen nuevo matrimonio para divorciarse otra vez.

EL HIJO: El hijo recibía el apellido del padre, es decir era reconocido por éste una semana después de su nacimiento, el día llamado de la purificación. Era generalmente criado y educado por la madre, hasta el momento en que iba a la escuela. Se le suspendía al cuello una bolsita o bula, que contenía amuletos contra el aojo, y que conservaba hasta el día en que abandonaba la toga pretexta para ponerse la viril. Esta ceremonia de la mayor edad se verificaba ante el altar de los lares, cuando tenía diez y siete años; pero aun declarado mayor de edad, continuaba bajo la potestad de su padre.

En la escuela, aprendía a leer, a escribir y a contar bajo la dirección de profesores severos que lo castigaban con azotes por la menor falta. Los niños ricos tenían preceptores en casa de sus padres. La música y la gimnasia eran artes de entretenimiento y lujo. Después de la enseñanza primaria, los jóvenes romanos recibían la literaria que comprendía el estudio de la ley de las Doce Tablas, el de los poetas griegos y el de los escritores latinos, porque se trataba de formar administradores y oradores. Así el que un joven romano explicara poco más o menos los mismos textos latinos y griegos que un joven de la época actual, que hace sus estudios clásicos.

LA FAMILIA ROMANA EN EL BAJO IMPERIO: Alrededor del siglo II d. de C., ocurrieron cambios significativos en el seno de la familia romana. Los fundamentos de la autoridad del paterfamilias sobre su familia —que ya habían comenzado a debilitarse en los últimos días de la República— se socavaron todavía más. El paterfamilias ya no tenía autoridad absoluta sobre sus hijos; ya no podía venderlos como esclavos o matarlos. Es más, la autoridad absoluta del esposo sobre su cónyuge se había desvanecido, práctica que también comenzó en las postrimerías de la República. En el Antiguo Imperio, la idea de un cónyuge guardián se debilitó de manera importante, y para finales del siglo u d. de C. se había vuelto una mera formalidad.

Las mujeres romanas de las clases altas disfrutaban de considerable libertad e independencia. Habían adquirido el derecho a poseer, heredar y disponer de propiedades. Las mujeres de las clases altas eran libres para asistir a las carreras, al teatro y a espectáculos del anfiteatro, aunque en los dos últimos lugares se les obligaba a sentarse en secciones para mujeres. Es más, las damas de alcurnia se hacían acompañar de doncellas y de matronas cuando salían. Algunas mujeres manejaban negocios, como compañías de embarques. Las mujeres todavía no podían participar en la política, pero el Antiguo Imperio fue testigo de un número importante de mujeres que influyeron en la política a través de sus esposos, por ejemplo: Livia, la esposa de Augusto; Agripina, la madre de Nerón, y Plotina, la esposa de Trajano.

A finales del primer siglo y comienzos del segundo hubo una disminución apreciable en el número de niños, tendencia que se había iniciado al final de la República. Fue particularmente evidente el incremento de matrimonios sin hijos. A pesar de las leyes imperiales dirigidas al incremento de niños, la baja tasa de nacimiento persistía. La clase alta romana no sólo continuó utilizando el infanticidio; utilizaba también los anticonceptivos y el aborto para limitar la familia. Existían muchas técnicas anticonceptivas. Aunque muy solicitados, los amuletos, las fórmulas mágicas y las pociones para inducir la esterilidad temporal demostraron ser ineficaces, al igual que el método del ritmo, ya que los médicos romanos creían que una mujer era más fértil justo cuando la menstruación estaba concluyendo. Una práctica más confiable consistía en el uso de aceites, ungüentos y lana suave para obstruir la abertura del útero. También se utilizaban técnicas anticonceptivas para varones. Una primitiva versión de condón se fabricaba con la vejiga de una cabra , pero su precio loo hacia prohibitivo. Aunque las fuentes medicas no lo mencionan , los romanos también practicaban el ubicuo coitus interrumptus. También se practicaba el aborto ya sea por la ingestión de drogas o mediante instrumentos quirúrgicos.